domingo, 23 de septiembre de 2012

"Para ti"



Tumbado, el portátil conmigo, en la tele una película en blanco y negro de la que solo me interesaba eso, el blanco y negro. Sonando una bonita canción, solo una, porque me gusta repetirla hasta que parezca estar dentro de mí. En la pantalla del ordenador una foto suya. Así me disponía a escribir estos párrafos con la única intención de descargar presión a mi corazón, harto de callar lo que sentía e incapaz de aguantar un segundo más el sufrimiento de tanta ilusión y desilusión, tanta medicina y tantos dedos en la yaga.


Todo empezó una mañana, hace un tiempo. No podría decir exactamente qué día, porque podría haber sido cualquiera. Lo cierto es que una mañana me descubrí a mí mismo ensimismado con alguien a quien desconocía. Alguien cuya simpatía y encanto me eran ajenos entonces y cuya debilidad e inseguridad me son irrelevantes ahora. Las puntas de su pelo castaño brillaban al sol, sus ojos parecían camuflarse con el resplandor del sol sobre el cristal y su sonrisa blanca y amplia aliviaba a unos labios que parecían contener el secreto de la felicidad. Como si el tiempo me hubiera concedido un respiro para disfrutar sus encantos allí estaba yo desviando continuamente la mirada observando esa silueta delgada y esa tez pálida pero seguro suave.

Lo que pasó después es la típica historia de dos sentimientos encontrados, bonitos pero diferentes. Una chispa incapaz de apagarse a pesar de las tormentas. Un amor de un solo camino, hambriento, pero saciado con la más mínima migaja de pan.

Escribo esto como ya dije aún sabiendo que la vida continua pero con la esperanza de que alguna vez se vuelvan a entrelazar nuestros caminos. Camino descalzo sobre zona rocosa, pero las vistas merecen la pena. Sigo mi camino, no hay dolor.

1 comentario:

  1. Al intentar acceder a mi cuenta de blogger me he encontrado con esto... Bonita entrada. Escribes muy bien y con mucha sensibilidad.

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